Sí, no estamos tomándote el pelo: la nieve no es única (ni igual) en todas las estaciones de esquí. Desde la recién caída, hasta la acumulada por largos períodos, existen al menos 8 tipos de nieve para esquiar diferentes. Encontrarte con una u otra, dependerá del lugar y el momento del año.
En este pequeño artículo, te contaremos cuáles son sus características. Y qué ventajas o inconvenientes tiene cada una a la hora de esquiar sobre ella. Ponte a leer y ¡elige tu tipo de nieve preferida!
1. Nieve Polvo
La primera nieve para esquiar de la que hablaremos es una nieve suave, esponjosa y ligera. Proporciona una sensación de flotación y es perfecta para giros suaves, ya que permite un fácil control de los esquís.

La nieve polvo, también conocida como Powder, podemos encontrarla tras nevadas intensas. Si bien es una de las preferidas por esquiadores de todos los niveles, es especialmente recomendable para los principiantes.
Su única desventaja: si se acumula en exceso, corremos riesgo de avalanchas o de aludes.
2. Nieve Dura
También es conocida como «helada», por ser compacta y resistente. Se forma tras períodos sin nevadas, con ciclos donde se descongela y vuelve a congelar.

Si eres de los esquiadores que buscan velocidad y retos técnicos, esta será la nieve que más te haga gozar. Simplemente ten cuidado a la hora de frenar, ¡no queremos verte con muchos magullones!
3. Nieve Primavera
Cuando la estación comienza a asomarse, los días soleados y el calor del mismo sol favorece su derretimiento, llamamos a la nieve «primavera«. ¿Pero, cómo reconocerla?

Estamos en presencia de un tipo de nieve húmeda y suave, adorada por los esquiadores que disfrutan de una textura más esponjosa. Lo malo de estas condiciones meteorológicas es que aumentan el riesgo de formarse montículos de nieve y charcos de agua.
¡A poner bien el ojo, esquiadores!
4. Nieve Húmeda
¿Qué se te viene a la mente cuando decimos «sopa»? No, no nos referimos a la comida.
Hablamos de una consistencia pegajosa y pesada; así es tal como describiríamos a la nieve húmeda. Suele formarse tras lluvias o temperaturas ligeramente superiores a cero.

El mayor riesgo que encontramos en ella es la posibilidad de frenadas bruscas. Así como la acumulación en nuestros esquís o tablas de snow.
5. Nieve Granulada
Cuando se presenta rugosa y con una capa de pequeños puntos de hielo, estamos en presencia de nieve granulada. Este tipo de nieve, suele formarse en áreas frías, donde ocurren ciclos de congelación.

Si bien es cierto que necesitarás esquís con bordes afilados para un buen agarre, la nieve granulada es la indicada para aquellos que buscan buena tracción y retos adicionales.
6. Nieve Artificial
Tal y como su nombre indica, es la que producen artificialmente los cañones de nieve en los centros recreativos y estaciones de esquí. En este caso, debemos decir que la calidad no será la misma que la nieve natural.

Aun así, al ser uniforme y predecible (gracias a la acción de las maquinas pisapistas), es la elegida generalmente por principiantes y esquiadores en entrenamiento.
7. Nieve de Maíz
Por su denominación en inglés, la «corn snow» se forma cuando la nieve se derrite durante el día y se congela nuevamente por la noche. Por este motivo, su textura es cambiante.

Si estos cambios son los que te apetecen, te recomendamos que disfrutes de esta capa de nieve antes de que el clima la convierta en hielo nuevamente. Luego no digas que no te avisamos 🙃
8. Nieve Helada o Hielo
Pues claro que sí, ¡esquiar sobre hielo es completamente posible! Este se forma en temperaturas muy bajas y sin nevadas recientes.
Sobre esta superficie dura y muy resbaladiza, eligen deslizarse con rapidez quienes tienen una técnica avanzada; y que no le temen a nada, claro (ya que el riesgo de pérdida de control y caídas es bastante alto).

Un último apunte: muchas veces se confunde la nieve virgen con la nieve en polvo. Pero en realidad, nieve virgen son todas las que se han producido de manera natural, y todavía no han sido pisadas por nadie.
Ahora que ya sabes cómo se clasifican las principales «nieves», no olvides escoger la más adecuada para ti. La próxima vez que vayas a esquiar, ¿prestarás mayor atención a la nieve que te rodea?