Proveniente del término francés Ski de fond, el esquí de fondo (o esquí a campo traviesa) es una de las disciplinas que forman parte de la familia del esquí nórdico. El objetivo de los competidores es recorrer grandes distancias en el menor tiempo posible. Se diferencia del esquí alpino por practicarse en terrenos llanos u ondulados, como puedes ver en la imagen de abajo.

¡Quédate a conocer un poco más sobre esta modalidad de practicar esquí! 👇🏽
Historia del esquí de fondo
El esquí de fondo, aunque no lo creas, tiene alrededor de unos 5.000 años de historia.
¿Qué? ¡¿Cómo es posible?!
Pues verás, en aquellas nacientes épocas, los habitantes del norte de Europa (como en Noruega y Rusia) precisaban desplazarse de una forma práctica y sin hundirse en las grandes y frías nevadas de invierno.
Los esquís eran usados, en un principio, para perseguir las presas y recoger leña; aunque luego se dieron cuenta de que también podían ser usados para deslizarse sobre esa superficie con mayor facilidad y rapidez.
Podríamos decir que el esquí de fondo es la madre de todas las modalidades de esquí. Aunque no fue hasta fines del siglo XIX que esta forma de desplazarse pasó a ser un pasatiempo. Y a mutar hacia el deporte que practicamos hoy en día.
Y fue en 1924 cuando se convirtió formalmente en un deporte olímpico; durante los Juegos Olímpicos de Invierno en Chamonix (Francia).

Tipos de esquí de fondo
Existen básicamente dos formas diferentes de practicar esta modalidad de esquí:
- Estilo clásico: se emplean esquís con escamas o encerado en el centro para garantizar tracción durante los ascensos. Los esquiadores suelen deslizarse por carriles previamente trazados, avanzando mediante deslizamientos alternados o paralelos.
- Estilo patinador (skating): se emplean esquís con parafina para deslizar con menor esfuerzo en subidas y con más velocidad en las bajadas. Se le llama «patinador» porque su avance es muy similar al de uno.
Equipamiento necesario
Si tienes pensado probar este deporte, asegúrate de contar con el material necesario antes de empezar:
- Esquís: la base inicial indispensable. Pero ojo, no se utiliza cualquiera! La diferencia de los esquís de fondo es que son más ligeros y finos que los que utilizamos para el esquí alpino. Además, cada estilo tiene un tipo de esquís diferente:
– Para la modalidad clásica, las espátulas son pronunciadas y enceradas.
– Para el skating, los esquís son más cortos. Y la zona de deslizamiento de la suela de las espátulas se prolonga hasta la cola.
- Botas: en comparación con las botas de esquí alpino, son más livianas y flexibles, y con una apariencia similar a una bota de montaña. La suela es semirrígida, lo que permite flexionar el pie y proporcionar impulso durante el esquí. ¡No olvides asegurar la compatibilidad entre la suela y la fijación!
- Bastones: es importante saber que en la modalidad clásica, deberán llegarte por debajo de la axila (para empujar y permanecer estable). Mientras que en la modalidad «skating», serán un poco más largos; lo recomendable es que te lleguen a la altura de tu nariz.
- Ropa: al tratarse de un deporte de mucho movimiento, lo que te recomendamos es utilizar ropa de abrigo que permita la transpiración. Siempre con la estrategia del sistema en tres capas: base térmica, intermedia aislante y exterior de protección contra vientos.
Técnicas básicas
El buen uso de los bastones y una postura adecuada, te permitirán deslizarte de forma ágil y rápida. Para ello, ten en cuenta las siguientes técnicas:
- Mantener una separación similar a la de caminar entre los pies y asegúrate de que los esquís se deslicen en lugar de levantarse.
- Simultáneamente con el impulso del esquí contrario, se debe clavar el bastón para deslizarse sobre el otro esquí.
- Mantén la vista hacia adelante para evaluar el terreno constantemente y con el tronco levemente flexionado hacia adelante.
- Las marcas de los esquís deben ser casi paralelas y la longitud del deslizamiento variará según la calidad de la nieve y el equipo utilizado
- La acción de clavar el bastón debe durar desde el impulso del esquí opuesto hasta bien avanzada la fase de deslizamiento.
¿Dónde hacer esquí de fondo?
Esa pregunta, que debes estar haciéndote desde el principio, te la responderemos ahora mismo…
En España, existen buenas estaciones de esquí para su práctica a lo largo del país:
- En el Pirineo Catalán, encontrarás nada menos que siete estaciones para practicar esquí de fondo. Una de las más conocidas es Baqueira Beret, donde se celebra la carrera más importante del país: la Marxa Beret.
- En el Pirineo Aragonés es donde se sitúa el mayor circuito de esquí de fondo: la estación de esquí de Candanchú, con 3 recorridos balizados de 2,5, 5 y 7,5 km.
- En el sur de España también puedes hacer estas modalidades del esquí de fondo. Nos referimos concretamente a Sierra Nevada, en Granada (Andalucía).
Si buscas, en cambio, un destino internacional, existen múltiples pistas en los países nórdicos: Noruega, Suecia y Finlandia.
Puedes, sino, viajar hasta los Alpes franceses o visitar Andorra. Este pequeño país, corazón de los pirineos, cuenta con 27 circuitos de esquí de fondo. Sin duda, el paraíso para los amantes de la nieve 😍
Beneficios del esquí de fondo
Creemos haberte convencido a probarlo. Pero aun así, nos falta contarte lo mejor de este deporte invernal: sus beneficios.
- Primero, como hemos nombrado, el esquí de fondo implica movimiento articulado y completo de todo el cuerpo. Con lo cual fortalecerás piernas, brazos, abdomen y espalda.
- ¡Pueden practicarlo desde adultos hasta niños!
- Implica poco riesgo de lesiones. Además de mejorar el equilibrio y la coordinación (¡elemental para mantenerte de pie, querido Watson!)
- Otra cosa a destacar: suele ser menos costoso que otros deportes de invierno. Esto es porque no requiere remontes, infraestructuras costosas y demás historias. Igualmente el equipamiento suele ser mucho más asequible.