El esquí alpino es una de las modalidades de esquí más populares dentro de los deportes de nieve, a menudo asociado con la adrenalina y la velocidad. Combina la habilidad, la técnica y la resistencia física para descender por diferentes trazados, que han sido previamente preparados. También se le conoce como «esquí de descenso».

Actualmente, se practica dentro de las estaciones de esquí, que suelen estar equipadas con pistas para distintos niveles de habilidad. Se centra en descensos rápidos y maniobras precisas para sortear obstáculos y puertas en la pista.
Es necesario, por tanto, tener el talón de la bota fijado al esquí, al contrario de lo que ocurre en las modalidades del esquí nórdico. Este último además se realiza en terrenos más planos y requiere una técnica diferente para el movimiento.
Historia del Esquí Alpino
Podemos estar seguros de que, en los países más fríos y nórdicos, el esquí fue parte integral de la vida cotidiana desde hace siglos. Es el caso también del esquí alpino, que tiene sus raíces en las antiguas prácticas de transporte sobre nieve, que datan de hace miles de años antes de Cristo. Concretamente, en las regiones montañosas de Escandinavia y Asia.
Aunque como deporte en sí, empezó a tomar forma en los Alpes europeos, a finales del siglo XIX (de ahí su nombre). Fue en esos majestuosos montes donde surgieron las primeras competiciones. Y donde se comenzó a desarrollar el material adecuado para las exigencias del descenso en alta montaña.
El nacimiento del esquí moderno comienza sobre 1850, cuando la leyenda noruega Sondre Norheim popularizó los esquíes con lados curvos y las fijaciones con bandas de talón rígidas, hechas de madera de sauce. Así como los giros Telemark y Christiania (eslalon).
Poco a poco, su práctica fue extendiéndose por toda Europa y Estados Unidos, en parte gracias a los mineros que llevaban a cabo competiciones para su entretenimiento durante el invierno. La primera competencia formal de esquí alpino se celebró en 1922 en Murren (Suiza), marcando su inicio y ganando popularidad rápidamente.
En 1936, fue incluido en los JJ.OO. de Invierno en Garmisch-Partenkirchen (Alemania), consolidando su posición como deporte de competición internacional.
Para la década de 1950, España ya estaba metiéndose de lleno en el esquí, al inaugurar varias estaciones de esquí, como Sierra Nevada y Baqueira-Beret; sitios que contribuyeron significativamente a su popularización en todo el país. Hasta convertirse en una de las actividades invernales favoritas de españoles y turistas.
Tipos de esquí alpino
El esquí alpino se subdivide en 6 tipos diferentes, cada uno con sus propias características y reglas específicas. Son estos:
- Descenso: es la modalidad más rápida y peligrosa de este tipo de esquí. Los esquiadores descienden por la pista en el menor tiempo posible, enfrentándose a pendientes empinadas y saltos significativos. Las pistas de descenso están diseñadas para maximizar la rapidez y suelen incluir puertas amplias, que el esquiador pasa a gran velocidad.
- Eslalon: es la prueba más técnica y con menor distancia entre puertas. Requiere que los esquiadores hagan giros rápidos y precisos a través de un trazado muy ajustado. La agilidad y el control son claves para superar esta competencia con éxito.
- Eslalon Gigante: podríamos definirla como una mezcla entre las 2 anteriores. Las puertas están más separadas que en el eslalon normal, pero requieren un alto nivel de habilidad técnica para sortearlas eficazmente.
- Supergigante: una combinación de elementos del descenso y del slalom gigante. Es aún más rápido que el anterior, pero menos que el descenso. Las puertas están más espaciadas que en el eslalon, permitiendo mayores velocidades mientras se requiere un control técnico considerable.
- Paralelo: los corredores descienden un recorrido corto (normalmente en parejas) y compiten por ser los primeros en llegar a la meta. Es una disciplina muy nueva y cuyas reglas se adaptan continuamente, buscando una mayor atracción por parte de los que la observan.
- Combinada: incluye una manga de descenso y una de slalom, realizadas en el mismo día o en días consecutivos. Los tiempos de ambas carreras se combinan para determinar quién gana.
Equipamiento necesario
Para que practicar este deporte de nieve sea seguro y divertido, es muy importante que tengas el equipo correcto. Este es el material necesario para el esquí alpino:
- Esquís: vas a elegirlos según la modalidad y tu nivel de experiencia. Por ejemplo, los esquís de descenso son más largos y estables, mientras que los de eslalon son más cortos y fáciles de manejar.
- Botas de esquí: deben proporcionarte un ajuste firme y cómodo, capaces de transmitir control y soportar altas velocidades mientras esquías. Su rigidez varía según el nivel que tengas (serán más duras a medida que te vuelvas más experto).
- Fijaciones: son los mecanismos que unen las botas a los esquís, proporcionan flexibilidad y seguridad. Debes ajustarlas correctamente para liberar el pie en caso de caída, lo cual ayuda a prevenir lesiones.
- Bastones: asegúrate de que tienen la longitud adecuada a tu altura, para poder estar bien equilibrado a la hora de esquiar.
- Casco: su uso es obligatorio en el esquí alpino; no andaremos con rodeos. Es una pieza vital en tu equipo para protegerte en caso de accidentes. Siempre elige uno que se ajuste bien a tu cabeza y cumpla con los estándares de seguridad.
- Ropa adecuada: resistente al agua y al viento, como regla definitiva; que te proporcione un buen aislamiento térmico y con la cual tengas libertad de movimiento. Las capas son esenciales para adaptarse a las condiciones cambiantes del clima.
Seguridad en el esquí alpino
Aunque no es tan arriesgado como otros, puedes darte golpes significativos si no tomas las medidas de seguridad necesarias. Como decíamos, el uso del casco es imperativo para protegerte contra impactos. También es preciso familiarizarte con las señales y reglas de las pistas de esquí, para evitar accidentes.
Conocer tus límites personales, elegir pistas acordes a tu nivel y contar con la preparación física adecuada te va a permitir minimizar el riesgo de lesiones. Por último, te aconsejo estar atento a las condiciones meteorológicas, ya que pueden cambiar rápidamente y afectar a nuestra seguridad.
Principales competiciones
La Copa del Mundo de Esquí Alpino, organizada por la Federación Internacional de Esquí (FIS) cada año, es una de las competiciones más prestigiosas. Reúne a los esquiadores con los mejores tiempos del mundo, que participan en diferentes pruebas para ganar el título de campeón mundial.
Los Juegos Olímpicos de Invierno son otro evento donde el esquí alpino tiene un papel destacado. Cada cuatro años, los atletas compiten por las medallas de oro, plata y bronce, que pueden suponer el mayor éxito de su vida deportiva.
A nivel local, contamos con el Campeonato de España de Esquí Alpino. Una competición de esquí de alta categoría que permite a los esquiadores nacionales demostrar su talento y avanzar en sus carreras deportivas.
Todo lo que hemos visto, unido a la belleza paisajística, hacen del ski alpino una disciplina que gana cada vez más adeptos. Ha ido evolucionando estos últimos años y continúa siendo un pilar básico en el mundo de los deportes de invierno.